Después de esperar todo el invierno a que las condiciones fuesen propicias para poder hacer alguna salida al Pirineo a escalar corredores, hemos llegado a Mayo. Este año ha sido un gran año para esquiar pero no así para hacer hielo o corredores, entre que no se han formado por falta de anticiclones un poco largos y que el riesgo de aludes ha sido elevado prácticamente todo el invierno, incluso a estas alturas de primavera.
Decidimos acercarnos a Peña Telera, por su proximidad, dentro de lo que cabe, y por su gran cantidad de posibilidades de todos los niveles, además de conocer un poco las condiciones y saber que estaban en buenas condiciones casi todos los corredores.
Una avanzadilla del PTA salimos el jueves dirección Benasque con ganas de esquiar un poco por la zona del Aneto y nos encontramos con que había incluso más nieve que en semanas anteriores, hicimos el Pico del Alba subiendo y bajando por los tubos de Padierna, salimos con los esquís puestos desde el coche y con nieve polvo a primera hora, no así al bajar, que se había convertido en pasta y es que subimos en camiseta casi hasta la cumbre.
El viernes quedamos con el resto del equipo en Piedrafita de Jaca y vimos que el aparcamiento de Telera estaba vacío, no como las semanas anteriores que estaba a reventar, nos hizo pensar que las condiciones de los corredores habían cambiado con las últimas nevadas, y no nos confundimos. Aunque al final los corredores más fáciles estaban bastante transitados.
Nos dividimos en tres cordadas de tres y elegimos el José María Aller para una cordada y los demás iríamos a la Y a practicar un poco y el domingo hacer algo mas difícil. Como dije antes las condiciones habían cambiado, la aproximación al ser laderas soleadas por la mañana están duras y cómodas, no notándose los cambios peo una vez que nos metimos en el corredor que aguanta a la sombra todo el día, la nieve estaba sin trasformar y había como medio metro más que hacía dos semanas, la ascensión fue pesada teniendo que abrir huella hasta arriba del todo con nieve por las rodillas, aun así estuvo bien como primera experiencia para la mayoría. La cordada del José María Aller, se encontró con un último largo totalmente helado y con los clavos escondidos bajo el hielo, siendo un largo de roca de V, una buena curtida que les duro hasta casi las ocho de la tarde que llegaron al coche.
Al día siguiente los que todavía teníamos ganas y no estábamos doloridos, ha sido un fin de semana un poco lesivo para algunos. Nos levantamos a las cinco de la mañana para aprovechar el frío del amanecer, pero ya nos dimos cuenta de que esa noche no es que no hubiese helado, es que hizo hasta calor, aun así salimos en dirección al corredor Maribel. Rosa y Carlos, con quien coincidimos el día anterior, nos comentaron que aunque un poco justo de hielo se podía hacer bien. A las ocho estábamos en la entrada del corredor, donde se separa de la Y para encajonarse, el calor que hacía no era normal y los churros de hielo estaban goteando antes de darles el sol, los cascotes que no dejaban de caer nos hicieron dudar poco. Para abajo y otra vez será.
Aun con un domingo poco aprovechado nos lo pasamos bien y aprendimos bastantes cosas que era el objetivo, esperemos que el año que viene llegue con mejores condiciones.
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