El amigo Dani, me propuso en Mayo hacer una vía en la cara Oeste del Urriellu (Naranjo de Bulnes), ya que nunca había ascendido por esta impresionante pared.

En Agosto encontramos un hueco y junto a Ruth, que tampoco conocía esta vertiente de la montaña, decidimos escalar la vía Rabadá-Navarro, aprovechando los días 18 y 19 para hacer nuestro pequeño homenaje a estos pioneros del alpinismo español,  ya que por esos días se cumplía el 50 aniversario de la apertura de esta ruta mítica.

Urriellu.

El viernes 17 subimos por Pandebano hasta los pies de este gigante, con la intención de acostarnos prontito para pegarnos el madrugón al día siguiente y no tener que hacer cola a pie de vía.

El viento con el que amaneció el sábado desanimo a algunos de sus pretendientes y nos plantamos a pie de vía los primeros, con una única cordada detrás y nadie más en la pared.

Primeros largos.

Fin de la Cicatriz, llegando a Tiros de la Torca.

Pasados los primeros largos, que son los más duros, la jornada transcurrió con tranquilidad y una vez que hicimos la “gran travesía” pasamos a la parte izquierda de la pared donde el viento apenas se notaba.

La gran travesia.

Recorrimos esta gran pared en unas 11 horas de escalada, hasta llegar a su cumbre, donde disfrutamos de las impresionantes vistas que nos regalo y nos acordamos de los primeros que se atrevieron con esta gran pared. Después de unas fotos y un poco de comida preparamos el descenso y bajamos ya andando con las últimas luces.

Cumbre del Urriellu.

Al día siguiente, cansados pero muy satisfechos bajamos hasta Arenas de Cabrales donde celebramos la actividad con una buena comida y unos baños en el rio Cares.

Después de despedir a Dani , nos fuimos a visitar el castañar milenario de el Habario en el pueblo de Colío, de camino a Potes. Donde además de los castaños más grandes que se pueden ver por la zona, con un pequeño paseo hasta un colladito, tendremos las mejores vistas que hay sobre las paredes del  cueto Agero.

Castaños milenarios de El Habario.