Con Jaime ya había compartido alguna ruta de varios largos además de alguna jornada de deportiva, y alguna otra paleando nieve para rescatar su flamante bólido de las nieves; pero sin menospreciar las vías de Cabreras, eso es como hacer un bautismo de surf en una piscina. Había que buscar un lugar con vías alpinas de verdad, ambiente, altura, vistas y algo de compromiso, y elegimos el Cabeço D’Or.

Segundo largo.

Segundo largo.

La ruta Rafael Gutiérrez al Paredón de los Alcoyanos es perfecta para un bautismo, grado medio, reuniones equipadas y algún que otro seguro en su recorrido. Sin ser una vía difícil, para alguien con poca experiencia en este tipo de escalada hay que emplearse a fondo para subir por las paredes cabeçonianas, placas con poco canto y un pelín resbaladizas y fisuritas finas para comenzar con esta técnica tan particular.

Asegurando.

Asegurando.

Los pensamientos del momento, “quien me mandara meterme en estos berenjenales” y el respeto al ambiente de la estrecha arista cimera y los largos rapeles, acabaron en el momento en que llegamos al suelo con un “quiero más” y unas cervezas que no se materializaron por las prisas, pero que quedaron pendientes.

Cumbre!!!

Cumbre!!!

Arista a los rapeles.

Arista a los rapeles.

La experiencia, aun con las típicas molestias de pies y el cansancio de los últimos largos, fue positiva y por supuesto un paso más en el camino de este campeón con unas ansias de aprender inagotables.