Entre las noticias de las primeras nieves, los esquís agitándose dentro de la funda desde la última salida del invierno pasado y unas pequeñas molestias que piden descanso de escalar. La situación no dejaba dudas, hay que ir a ver en primera persona cómo anda Sierra Nevada.

Llamo a Beto y como siempre se deja liar, me encanta tu facilidad amigo!!!

La nieve no pinta bien para pegarse una gran esquiada así que preparamos una jornada que se ajuste a las condiciones.

Madrugón y  aproximación hasta el refugio de la Carihuela, a los pies de la cumbre del Veleta, y allí dejamos los esquís. Como se nota que no han abierto la estación todavía, no había visto este refugio tan limpio nunca.

Calzándonos los esquís.

Calzándonos los esquís.

Justo en el collado donde se encuentra el refugio ascendemos una pala de nieve que nos lleva a la primera cumbre de la arista que une los Tajos de la Virgen. Esta arista, muy asequible en buenas condiciones, une varias cumbres de más de tres mil metros y finaliza en el Caballo, pasando por el refugio de Elorrieta. Para completarla se necesita muy buenas condiciones de nieve y una jornada agotadora o un par de ellas no mucho menos agotadoras.

Parada en la Carihuela.

Parada en la Carihuela.

Los Tajos de la Virgen.

Los Tajos de la Virgen.

Completamos todas las cumbres de los Tajos de la Virgen con una nieve bastante blanda que nos hace abrir huella profunda, no se encuentra muy asentada con lo que los crampones enseguida resbalan contra la roca, lo que nos obliga a asegurar un corto tramo para bajar de la última cumbre ya de regreso.

Primera cumbre.

Primera cumbre.

Llegando a la última cumbre del día.

Llegando a la última cumbre del día.

Por la huella que abrimos al ir, regresamos hasta la Carihuela donde tenemos los esquís, y donde volvemos a parar para comer y reponer fuerzas. Nos calzamos las tablas y para abajo.

Hay que bajar con cuidado para no machacar los cantos de los esquís con las piedras superficiales. La última parte, al igual que por la mañana, nos toca portear los esquís en la mochila, ya que aunque hay nieve desde la Hoya de la Mora, no es un manto uniforme y hay muchas calvas.

Terminando el día.

Terminando el día.

Con unas cuantas horas de actividad y una buena cena nos metemos a la cama, y al día siguiente tomamos el camino hacia casa, por supuesto parando en Venta Quemada para reponer las calorías perdidas.

Parece que se avecina un buen invierno.